jueves, 21 de julio de 2011

Imperio Romano. Septimio Severo. RIC IV.I/369 var.

Ave.

“Nochevieja” del año 192 dC. Después de un intento infructuoso de envenenamiento por parte de Marcia, ya que vomita el veneno, Marcus Aurelius Commodus Antoninus Augustus, es estrangulado por su pareja de lucha Narcissus bajo órdenes del prefecto Laetus. (1) Acababa así la larga dinastía de los emperadores adoptivos, que comenzó Nerva en 96 dC y que acababa en los estertores de 192 dC con Cómodo, dejando atrás el que es probablemente el siglo más próspero en toda la historia del imperio.

Nadie suponía que 193 dC sería uno de los años más convulsos, también conocido como el de los Cinco Emperadores, superando en uno a los que hubo tras la muerte de Nerón, punto final también de una larga dinastía como la Julio-Claudia.
A la muerte de Cómodo, Pertinax fue declarado emperador, y en los siguientes seis meses, también serían proclamados, por este orden, Didio Juliano (Marzo), tras el asesinato de Pertinax por los pretorianos; Septimio Severo, proclamado en Abril cuando era comandante de las legiones de Panonia, y especialmente apoyado por la suya propia, Legio XIIII Gemina; Pescenio Niger, también en Abril; y Clodio Albino en Junio, éste ultimo poco después de la muerte de Didio Juliano.

A partir de verano de 193 dC quedan pues Septimio, Pescenio y Clodio, que en los años siguientes libran múltiples batallas por todo el imperio para lograr su control. Septimio Severo es a la larga el vencedor, tras derrotar y matar a Pescenio en 195 dC y a Clodio en 197 dC. (2)
En ese momento, Lucius Septimius Severus, con 47 años de edad y nacido en Leptis Magna (provincia de África), pasa a ser Caesar Lucius Septimius Severus Eusebes Pertinax Augustus, el 21er emperador de Roma (193-211 dC) (3), e iniciador de una de las últimas grandes dinastías imperatoriales de la historia de Roma, que finalizaría con Severo Alejandro en 235 dC.



(Busto de Septimio Severo. Museos Capitolinos, Roma). Wikipedia.

La moneda que nos ocupa hoy es la siguiente:



(Colección Ray).

Anv.: IMP CAE L SEP SEV PERT AVG II CO, busto laureado de Septimio Severo a d.
Rev.: BONI EVENTUC, Bonus Eventus (en realidad Fides) de pie a i., sosteniendo cesta de fruta y espigas de trigo.

RIC IV.I/369 var (cf. p.140) – BMCRE V/-- (cf. p.91)
Ceca oriental (¿Emesa?), 194/5 dC (año de su segundo consulado).
17.8mm, 2.82g
Ex - inAsta, subasta 38, lote 734

Esta moneda fue por lo tanto acuñada en la época en que Septimio intentaba hacerse con el control del imperio, y las campañas en el este contra Pescenio Niger le obligaron a crear cecas en esta parte del imperio, se supone que tres o más de ellas, de localización incierta, que Mattingly atribuye a Alejandría, Laodicea ad Mare y Emesa (el denario de nuestro estudio), siendo Emesa una hipótesis como hemos comentado, pero situada probablemente en territorio sirio (4). Las únicas pruebas a nuestra disposición son los hallazgos, que no son suficientes en este caso, y solo podemos argumentar que son distintas cecas orientales en cuanto a estilo de acuñación. Una cuarta ceca oriental acuñó exclusivamente cistoforos (5).
Las primeras acuñaciones de la ceca de Emesa se caracterizan en tres categorías: 1) alusiones bélicas, como los tipos Invicto Imperator, Leg VIII, Leg XIIII, Victoria Aug, etc.; 2) de espíritu, como Bona Spes o Bonus Eventus, el tipo que nos ocupa; y 3) la edad de oro prometida por Septimio, representada por Felicitas Temporum, Fortuna Redux, etc. (6)
En todo caso son alaramente acuñaciones de necesidad, como se puede comprobar en lo efímero de las acuñaciones orientales de Septimio Severo. Alejandría solo acuñó en 195 dC, Emesa en 195-6, y la única que duró algo más fue Laodicea que cerró en 202 dC. A partir de entonces la mayoría de acuñaciones desde Roma, que al haber estado en poder de Septimio desde 193 dC no había dejado de emitir moneda para este emperador (7).

Desde el año 180 dC se puede observar una devaluación del denario de forma constante, empezando con Marco Aurelio (80% de pureza) para financiar las últimas guerras de su reinado y luego con Cómodo (mínimo de 75%) para financiar sus excesos. Después de un intento de Pertinax incrementando de nuevo la pureza a casi el 90%, la guerra civil subsiguiente hace que vuelva a bajar paulatinamente hasta quedar en algo menos de un 80% en los primeros años de Septimio (8).

Centrándonos ya en nuestra moneda en concreto, el anverso presenta características muy particulares para esta ceca.
Para empezar, la leyenda IMP CAE L SEP SEV PERT AVG II CO es una rara variante del tipo más extendido IMP CAE L SEP SEV PERT AVG COS II, siempre entendiendo que todas las emisiones COS II de Emesa son como poco escasas.

Los errores de leyenda en cecas orientales se deben sobre todo a que los abridores de cuño eran artistas locales, y al emplearse comúnmente el alfabeto griego, no es raro ver el cambio de la S latina por la C griega, como ocurre en las monedas provinciales romanas con leyenda en griego. Como nos comenta mapila: Es generalmente admitido que las leyendas y gráfilas se grababan a posteriori e individualmente para cada cuño y en algunos casos con un utensilio -plantilla en hueco- que tenía todas las letras marcadas. Si esto es así, vemos que a veces se equivocaban de plantilla, en todo caso, los grabadores orientales (cuyo idioma era el griego) debían tener problemas con el latín o no tenían claros los conceptos ya que lograron singulares faltas de correspondencia entre las leyendas y el motivo central (9) . Estas cecas orientales también son discernibles por la menor calidad en sus emisiones.

Por otro lado la A de AVG no es tal A sino una V invertida, o A sin el palito central, lo cual es característico de monedas de esta épocaen cecas orientales como puede verse en nuestro ejemplo y en otros como Pescenio Niger y Alejandro Severo. Esta característica, sin embargo, se pierde unos pocos años después en los antonianianos de Filipo y familia, las A son normales.

Esta moneda presenta una doble variante, ya que la leyenda de reverso es BONI EVENTUC (sic), en lugar del correcto BONI EVENTUS.

De la leyenda de anverso II CO se conoce por el momento un único cuño, y de la combinación anverso/reverso que nos ocupa, cuatro ejemplares, compartiendo todos también el cuño de reverso. (10)En cuanto al tipo de reverso, Bonus Eventus era una personificación divinizada en la religión romana, y Varro lo describe en época republicana como una de las doce divinidades que presidia la agricultura. Emparejado con Linfa, la diosa del suministro de agua. Bonus Eventus se interpretaba en este contexto como una buena cosecha. (11)

La época republicana nos lo muestra en el denario de L.Scribonius Libo.



(Colección Ray).

Esta asociación con la agricultura se pierde en época imperial, donde se interpreta como el concepto de éxito, de un “buen suceso” en general.
Se conocen monedas de Bonus Eventus a partir del periodo de los cuatro emperadores, comenzando con Galba, y repitiéndose tipos con Vespasiano, Tito, Antonino Pío y Septimio Severo. (12)Son las monedas otra vez las que nos muestran, más que cualquier otro sistema de representación de la antiguedad, a divinidades menores como la que nos ocupa. Las múltiples imagines que acompañan la leyenda permiten relacionarla directamente con la personificación masculina Bonus Eventus propiamente dicha, o con Fides, personificación femenina de confianza y buena fe.
En nuestra moneda se aprecia claramente que es Fides. Otros denarios, como este de Domiciano, muestran a Bonus Eventus como tal. En este caso sostiene una patera sobre un altar encendido, a cambio de la cesta de fruta, y en la otra mano muestra las mismas espigas de trigo. (13)



(Moonmoth. FAC).

El culto a Bonus Eventus se llevaba a cabo en el templo de Bonus Eventus, que estaba rodeado por el llamado Porticus Boni Eventus, construidos ambos por Agripa y restaurados por Claudius, prefecto de Roma en 374 dC; se localizaba entre el Teatro de Pompeyo y las Termas de Agripa, precisamente en la zona que ocupó el Stagnum Agrippae, en la zona donde se encuentra actualmente la iglesia de Santa Maria de Monterone. De hecho unos hallazgos de una pared y grandes capiteles en una línea recta de unos 100m entre la iglesia y el Teatro della Valle han sido asociados indudablemente al pórtico. (14)



(Localización en Roma). Wikipedia.


(Porticus Boni Eventus). Encyclopedia Ichnnographica.



(Plastico di Roma. Museo della Civiltà Romana. EUR, Roma).



NOTAS
(1) Wikipedia.
http://en.wikipedia.org/wiki/Commodus#T ... _.28192.29
(2) H.Mattingly, E.Sydenham. The Roman Imperial Coinage, Vol. IV, part II, p.1. Spink & Son., Ltd. Londres, 1936.
(3) Wikipedia.
http://en.wikipedia.org/wiki/Septimius_Severus
(4) H.Mattingly. Coins of the Roman Empire in the British Museum, Vol.V, p. cxviii. Spink. 2ª ed., Londres 2005 (R.A.G.Carson, P.V.Hill)
(5) H.Mattingly, E.Sydenham. The Roman Imperial Coinage, Vol. IV, part II, p.56, 64. Spink & Son., Ltd. Londres, 1936.
(6) H.Mattingly, E.Sydenham. The Roman Imperial Coinage, Vol. IV, part II, p.81. Spink & Son., Ltd. Londres, 1936.
(7) H.Mattingly, E.Sydenham. The Roman Imperial Coinage, Vol. IV, part II, p.64. Spink & Son., Ltd. Londres, 1936.
(8) K.W.Harl. Coinage in the Roman Economy 300 BC to AD 700, ps. 126-7. The John Hopkins University Press. Baltimore and London, 1996.
(Publicado originalmente en http://www.denarios.org/ en Julio 2011. Agradezco las aportaciones de mapila, ilturo, mononcio y Numisma).

Bene valeas.

lunes, 4 de julio de 2011

República Romana. Anónimo con delfín. RRC 80/1a

Ave.

Este denario es uno de los llamados republicano anónimo, es decir sin ligazón a una determinada familia, o gens. Para su explicación me he centrado tanto en los inicios del denario y sus orígenes socio-políticos, como en la exposición de los tipos de anverso y reverso.

La moneda en cuestión es:

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Anverso: busto de Roma con casco, a der.; detrás, X. Grafila de puntos alrededor.
Reverso: Dioscuros a caballo a der.; debajo, delfín; en ex., ROMA. Grafila de puntos alrededor.
RRC 80/1a, 209-8 aC.
ex-Künker, subasta 124, lote 8237.

Durante los primeros años de la Primera Guerra Púnica (218-201 aC) Roma sufrió un desabastecimiento de plata y bronce que llegó a niveles críticos. Consecuentemente el Senado decidió costear los gastos de las legiones pidiendo prestado dinero y grano al rey Hiero II de Siracusa, y doblando el impuesto sobre la tierra (tributum duplex), pero la medida fue insuficiente para cumplir con las obligaciones financieras. El estado romano decidió resolver el dilema mediante la primera devaluación de su moneda en 213-212 aC. El quadrigatus fue devaluado un 50% a partir de sus peso original que oscilaba entre 6 (las más modernas) y 7.2 g (las más antiguas). La República consiguió así pagar las deudas con denarios devaluados a la mitad (1).
La introducción del sistema del denario estuvo formada por victoriato y denario, ambos de plata, y sextante, de bronce. Crawford escoge la fecha de 211 aC, o como mucho el año anterior, para la introducción del denario, y lo considera probado mediante: 1) los hallazgos realizados en España en Italia; 2) la multiplicidad de cecas y su posterior inhabilidad para mantener el estándar de peso del bronce – ambos casos se explican debido a la guerra contra Aníbal, cuando Roma perdió el control de una buena parte de Italia y sus comandantes tuvieron que decidir sus propias acuñaciones, existiendo además el ya mencionado desabastecimiento de metal; 3) re-acuñaciones sobre monedas ya existentes que prueban que el estándar de peso del bronce iba devaluando por debajo del estándar semilibral; 4) acuñaciones de denarios tempranas, con marcas CA, producida en Canusium, y tres acuñaciones sardas, realizadas por (L.) C(ornelius), (P.) Ma(nlius Vulso) and (C.) Aur(unculeius), pretores de Cerdeña en 211, 210 y 209 aC respectivamente (2).

La prueba más temprana de unas relación oficial entre la plata y el bronce la proporciona el decussis de la última reducción de peso (cuadrante) antes de la introducción del denario (3). El denario de 4 escrúpulos, equivalente a 10 ases sextantales (con 48 escrúpulos cada uno de ellos) daba un ratio de 1:120, acercando las acuñaciones republicanas al sistema griego (4). Tras la creación de este sistema se le confirieron marcas de valor al oro, plata y bronce para reflejar explícitamente esta nueva relación; un escrúpulo de oro equivalía a 20 ases, y 4 escrúpulos de plata a 10, por lo tanto la relación entre el oro y la plata era de 1:8 (5). Harl menciona que las monedas de oro estaban devaluadas deliberadamente mediante la relación 1:8 debido al periodo de guerra y la mayor demanda de moneda de plata. Cuando los botines empezaron a llegar cargados de plata la relación revirtió a un nivel más típico de 1:10 ó 1:12, condenando consecuentemente los áureo de emergencia a ser fundidos (6).

Dentro del periodo inicial del denario se encuentran acuñaciones tanto anónimas como firmadas. Las primeras presentan menos problemas de descripción que las últimas, que necesitan un estudio especial, particularmente debido a que algunas de ellas eran anteriores a las firmadas (7). Los tipos de anverso y reverso de este periodo inicial permanecieron constantes – cabeza de Roma a derecha con casco y marca de valor X (=10 ases) detrás / los Dioscuros galopando a derecha, uno al lado del otro, cada uno sosteniendo una lanza, con la leyenda ROMA (inicialmente en tabla, luego en un rectángulo linear y finalmente en el exergo) en la parte inferior ( 8 ). Eckel, Kluegman y Cavedoni identificaron el anverso con Minerva, mientras Mommsen fue el primero en identificarlo con Roma con los atributos de Minerva. El tipo de los Dioscuros es uno de los más communes durante la República Romana, dado que estos dos dioses eran adorados en toda Italia (9). Más adelante trataremos estos tipos en mayor detalle.

Nuestra moneda pertenece estilísticamente a una ceca siciliana, con la figura de Roma con el visor del casco alzado. Todas las monedas pertenecientes a esta ceca muestran la cola del caballo más lejano frente a las patas traseras del caballo más cercano (10).

El mayor legado numismático de la Segunda Guerra Púnica fue la romanización del monetario y economía italianos. La devaluación republicana que instauró el denario permitió la introducción de un sistema monetario que perduró durante 450 años. Roma aprendió también cómo evitar problemas financieros en épocas de crisis mediante la devaluación de la moneda de plata y adoptando un sistema fiduciario para el bronce, emitiendo en estos casos monedas de oro únicamente de emergencia. La República descentralizó la acuñación de victoriatos, denarios y las denominaciones de bronce en Italia y Sicilia en 213-204 aC para acelerar la reacuñación del monetario anterior y permitir así un pago más rápido de salarios, con lo que el denario desbancó rápidamente las anteriores acuñaciones argénteas. Así pues fue el imperialismo, no el comercio, el que propagó de monetización de la Italia romana. En contraste con Grecia, con sus ejércitos de mercenarios y monedas de alta denominación, los romanos sorteaban los reclutamientos entre sus ciudadanos y aliados y pagaban salarios mínimos, con lo que fue más apropiada la creación de un sistema monetario basado en denominaciones más bajas, como el denario, y la larga lista de denominaciones bronceas apropiadas para los numerosos pequeños pagos necesarios en su peculiar presupuesto militar. Una vez en circulación, el denario y sus fracciones en bronce se probaron ideales para el pequeño comercio diario, adentrándose de manera definitiva en los mercados italianos, tanto de las ciudades como del campo. La monetización de las instituciones fiscales y la vida económica italiana procedió de este modo de un único proceso (11).

En cuanto a los tipos de nuestra moneda en cuestión, como hemos expuesto se cree que Roma apareció primero como una derivación de Minerva, la cual tomaron prestada los romanos de los etruscos y asociaron con la diosa griega Palas Atenea. Incluso cuando su origen fue ser las dos en una, Roma se empezó a diferenciar muy pronto de Minerva. En monedas republicanas de este periodo se suele representar solo su busto con casco. Durante el Imperio Roma se mostró con frecuencia como una figura guerrera en pie (12).

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De cualquier manera Roma nunca fue venerada como diosa excepto en algunas provincias bajo Augusto. El primer templo dedicado a ella en la Urbs fue en 135 dC por el emperador Adriano, y en todo caso no sola sino en conjunción con Venus (13). Mattingly y Robinson sostienen que la figura no es ni Roma ni Minerva, sino Bellona, la diosa romana de la guerra. Se basan en una comparación de numerosas monedas romanas que muestran a Roma (importada según los autores después de 200 aC, basada en escuela de pensamiento griego del momento) o a Minerva representadas en anverso con figura con busto y casco, y figura completa en reverso, contradiciendo así la representación inicial en los denarios. Además concluyen que el estilo también sugiere a Bellona, derivado parcialmente de la diosa de los didracmas y la de las uncias, asociada a Diana de Nemi. Finalmente sostienen que un denario de Sila que muestra a Bellona es muy similar a los denarios iniciales (14). El autor del presente estudio, habiendo comparado ambas fuentes, es de la opinión que la figura representada es Roma, debido a la época de introducción del denario, ya iniciada la Segunda Guerra Púnica, donde el objetivo propagandísto fue posiblemente ensalzar la ciudad de Roma, no el acto de la guerra al que los romanos ya estaban muy acostumbrados.

En cuanto al reverso, en las mitologías griega y romana Cástor y Póllux eran gemelos, hijos de Leda y Zeus/Tíndaro (Zeus era padre de Póllux, mientras Tíndaro lo era de Cástor), hermanos de Helena de Troya y Clitemnestra y hermanastros de Timandra, Phoebe y Philonoe. Se conocen colectivamente en griego como los Dioscuros, “hijos de Zeus”, y en latín como Gemini, los gemelos, o Castores. En el mito, debido a sus diferentes padres, Póllux era inmortal mientras que Castor era mortal. Cuando Castor murió Póllux pidió a Zeus que lo dejara compartir su propia immortalidad con su hermano gemelo para mantenerlos unidos, con lo que Zeus los transformó en la constelación de Gemini.

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Se suelen representar a caballo, portando casco y lanza. Su rol de jinetes los hizo particularmente atractivos a la caballería y a los equites romanos. Cada año, el 15 de Julio, se celebraba la fiesta de los Dioscuros, con 1800 jinites desfilando por las calles de Roma en un elaborado espectáculo en el que cada jinete iba ataviado con el uniforme militar al completo y cualquier condecoración que hubiera obtenido. Los équites se adornaban además con con coronas de olivo y vestían la trabea. La procesión partía del templo de Marte y, prosiguiendo por las principales calles de la ciudad y el Foro, llegaba al templo de los Dioscuros, donde los miembros más ilustres de la orden ecuestre ofrecían un gran sacrificio a los dioses gemelos (15). La construcción del templo de Cástor y Póllux, localizado en el Foro, se inició para cumplir una promesa de Aulus Postumius Regillensis en agradecimiento por la Victoria romana en la gran batalla del lago Regillus contra los Latinos, particularmente Tusculum (16), en 495 aC.

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De acuerdo con la leyenda, los gemelos lucharon a la cabeza del ejército romano y posteriormente llevaron las nuevas de la Victoria de vuelta a la ciudad (17). Posteriormente fueron edificados otros dos templos a los Dioscuros, uno en el Circo Máximo y otro en el Flaminio. Completa el reverso la marca de control del delfín.

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NOTAS
(1) K.W.Harl, “Coinage in the Roman Economy, 300 BC to AD 700”, p.31 ss. The Johns Hopkins University Press, 1996.
(2) M.H.Crawford, “Roman Republican Coinage Vol.I”, p.28 ss. Cambridge University Press, 1974.
(3) M.H.Crawford, “Roman Republican Coinage Vol.I”, p.626. Cambridge University Press, 1974.
(4) E.A.Sydenham, “The Coinage of the Roman Republic”, p.xxv. Sanford J. Dust, 1976.
(5) M.H.Crawford, “Roman Republican Coinage Vol.I”, p.626. Cambridge University Press, 1974.
(6) K.W.Harl, “Coinage in the Roman Economy, 300 BC to AD 700”, p.33. The Johns Hopkins University Press, 1996.
(7) M.H.Crawford, “Roman Republican Coinage Vol.I”, p.8. Cambridge University Press, 1974.
( 8 ) D.R.Sear, “Roman Coins and Their Values, Vol.I”, p.80. Spink, 2000.
(9) X.Calicó, “Los Denarios Romanos Anteriores a J.C.”, p.13. X.&F.Calicó, 2000.
(10) M.H.Crawford, “Roman Republican Coinage Vol.I”, p.17. Cambridge University Press, 1974.
(11) K.W.Harl, “Coinage in the Roman Economy, 300 BC to AD 700”, p.33 ss. The Johns Hopkins University Press, 1996.
(12) Calgary Coin and Antique Gallery, http://www.calgarycoin.com/reference/myth/myroma.htm
(13) G.G.Belloni, “La Moneta Romana – Società, política, cultura”, p.72. Carocci editore, 1993.
(14) H.Mattingly & S.G.Robinson, “The Date of the Roman Denarius and Other Landmarks in Early Roman Coinage”, p.29 ss. Obol International, 1974.
(15) Greek Myth Index, http://www.mythindex.com/greek-mythology/D/Dioscuri.html
(16) G.G.Belloni, “La Moneta Romana – Società, política, cultura”, p.73. Carocci editore, 1993.
(17) Wikipedia, http://en.wikipedia.org/wiki/Castor_and_Pollux
Fotos cortesía de Wikipedia (excepto moneda: Ray).
(Publicado originalmente en http://www.denarios.org/ en Nov 2008. Editado con aportaciones de Rosae y Durmius).

Bene valeas.

Una lacra que no cesa

Ave.

Ya desde la antigüedad, el valor intrínseco de las monedas, es decir el valor del metal con que estaban acuñadas, a diferencia del valor fiduciario que tienen las monedas actuales, era un aspecto extremadamente apetitoso para fomentar su falsificación. Se utilizaban para ello metales de menor valor para posteriormente recubrir la moneda con un baño del metal oficial del tipo en cuestión. En determinados momentos de la historia incluso los gobiernos realizaron esta operación, por supuesto sin propaganda alguna.
Claro que en aquella época los castigos eran severos, llevando a cercenar manos e incluso a la pena capital, para aquellas personas condenadas por falsificación.

El mundo del coleccionismo de moneda antigua en la actualidad no se libra de esta lacra, es más, en los últimos años y debido al avance tecnológico, se hace más y más complicado el poder distinguir una moneda auténtica de una falsa. Normalmente las monedas por fundición dejan rastros que no escaparán al ojo experto, pero la moneda falsa acuñada puede presentar muchas más dificultades incluso ante ojo expertos.
Una primera barrera contra las falsificaciones es acudir a comerciantes de confianza, que garanticen la autenticidad de las piezas de por vida, y en caso de probarse falsas, devolver el dinero, aun varios años después de la venta original.

Las falsificaciones han repuntado recientemente. Quizá uno de los casos que más publicidad ha recibido es una decadracma griega retirada de la pretigiosísima subasta americana Triton XIV a principios de año, que había sido bendecida anteriormente por el mayor experto en moneda siracusana del mundo, y más recientemente en una proliferación de monedas falsas y gran cantidad de clones de monedas auténticas en el apartado de hispánica/ibérica, de las cuales también han sido víctimas casas de subasta españolas de reconocido prestigio, como Jesús Vico SA en su última subasta.

Tenemos que distinguir entre falsificación y reproducción. Una falsificación es toda moneda no emitida por el Estado en cuestión. Estas las diferenciamos en moneda falsa antigua y moderna. La moneda falsa antigua tiene en estos momentos una percepción histórica, ya que de ellas también se puede saber más sobre los sistemas sociales y económicos de la época. La falsa moderna en cambio engaña al coleccionista y al estudioso, incluso si ese no era su objetivo primordial. Una reproducción es una copia de una moneda realizada a sabiendas que se va a vender como copia, y que lleva una marca identificadora como tal bien visible en el anverso o el reverso de la moneda. Las reproducciones que no la lleven, son a mi enteder falsificaciones en toda regla, y varias de ellas han sido culpables de los últimos desaguisados de los que hablamos arriba.

Los países de nuestro entorno tienen leyes muy diferentes con respecto al tratamiento de la falsificación de moneda. En España no está penado el falsificar moneda que no esté en circulación; por otra parte, entra en el concepto de estafa el vender moneda falsa haciéndola pasar como auténtica, siempre que exista dolo, es decir, que el vendedor sepa a priori que la moneda es falsa, a menudo harto complicado de probar.

Centrándonos más en nuestro país, el cambiar las leyes nacionales con respecto a moneda antigua va a ser complicado, ya que no entra en las prioridades immediatas de ningún partido político, por lo que se necesita una acción conjuntada entre coleccionistas y comerciantes para colaborar en la identificación de monedas y/o vendedores sospechosos. Solo así se podrá acabar con esta lacra.

En el último mes, y debido a la publicidad alcanzada por las falsas coladas en subastas, este movimiento ha empezado a surgir, si bien por el momento casi exclusivamente a partir de la experiencia y aportaciones de coleccionistas más que de comerciantes.

Desde aquí felicitar la labor que está realizando una página web española, http://www.denarios.org/, que a través de su foro asociado está construyendo una base de datos de clones por microfusión, falsas acuñadas modernas, etc. de moneda ibérica e hispánica a partir de la experiencia y aportaciones de muchos de sus usuarios.

Aprovechando la coyuntura actual no está de más volver a hacer un llamamiento a los comerciantes españoles para que se sumen a la lucha y se impliquen de lleno, aportando sus valiosos conocimientos y sus bases de datos históricas después de muchos años de operación.

Bene valeas.